El confinamiento ha supuesto que los españoles pasen mucho más tiempo que de costumbre en sus hogares y, como consecuencia, la percepción y la relación que mantienen con su vivienda ha cambiado. Pero ese cambio no ha sido igual para todos: los que viven de alquiler (el 23% del total) y los que viven de propiedad (un 75%) tienen particularidades y preferencias diferentes.